Una buena idea del portal de música Pitchfork ha sido empezar esta serie de documentales que se explayan en la historia oculta de un disco. Al estilo de la serie Classic Albums, que transmitía la cadena de televisión A&E, pero reemplazando a los dinosaurios habituales del rock en favor de los llamados clásicos modernos, marginales o "indie". Debutaron el año pasado con el documental de la grabación de The Soft Bulletin, obra maestra de The Flaming Lips, de 1999; y siguieron con el elogiado segundo disco de Modest Mouse, Lonesome Crowded West, de 1997.
Esta vez el turno ha sido de otro bienamado álbum de los noventa: el segundo disco de los escoceses Belle and Sebastian, If You´re Feeling Sinister, el más querido por sus fans. El documental de 58 minutos nos transporta a Glasgow, a 1995, al momento en que un joven Stuart Murdoch empieza a reclutar a músicos anónimos que vivían de la asistencia social, hipsters suburbanos y niñas artys, para que lo ayuden a dar forma a la banda que soñó. ¿Cómo los convenció? El documental al final de estas líneas lo explica.
Mérito de los realizadores es haberse juntado con todas las partes implicadas en la historia, incluidas aquellas que se alejaron del grupo de mala manera, como la cantante, compositora y cellista Isobel Campbell, quien parece haber dejado de lado la acrimonia que ha cultivado hacia la banda desde su salida el 2002 -alguna vez los acusó de "venderse"-, pues solo tiene bonitas palabras para ellos. Otro antiguo miembro invitado es Stuart David, co fundador y bajista del grupo en sus primeros cuatros discos.
Hay multitud de anécdotas, grabaciones poco conocidas y, quizá lo más raro, varias fotos de la época. No olvidar que estamos hablando del periodo en que Belle and Sebastian se negaba a promocionar sus álbumes y a dejarse tomar retratos por la prensa, por timidez y un horror al negocio musical que ya han superado. Es bonito, por último, escuchar a los mismos músicos reflexionar sobre su obra, como en una sesión de psicoanálisis, estableciendo asociaciones con el pasado y tratando de entender por qué este LP, de entre todos, pareció capturar alguna magia. El grupo cambiaría en el futuro el lo fi de Sinister por producciones más prolijas y con brillo, pero es este álbum, sin duda, el que sigue refulgiendo hasta ahora. Mira el documental aquí:
Junto a su banda de Louisville (Kentucky), My Morning Jacket, el guitarrista, cantante y compositor Jim James ha venido fraguando algunos de los capítulos más hermosos que han emergido de ese territorio yermo y fantasmal que es ahora el rock hecho en Norteamérica. La música de su grupo, como rescatada de entre los muertos, ha sabido apropiarse de diversas auras de fuerte anclaje vintage, desde la incendiaria estela del rock sureño cruzada con jam psicodélico que invocaban en sus primeros tiempos -Tennessee Fire (1999), At Dawn (2001), It Still Moves (2003), unas auténticas odiseas sonoras saturadas de reverb-; a los desconcertantes giros de tuerca de años posteriores, como fue el rock frío y experimental de su aclamado Z (2005), su sorpresivo viraje al soft rock 70s y funk a-lo-Prince de Evil Urges (2008) y su regreso a lo básico con Circuital (2011).
Pero Jim James ha resuelto que este año sea el del inicio de su carrera solista. Por eso acaba de publicar Regions of Light and Sound of God (2013), su primer álbum en solitario, si es que obviamos Tribute To (2010), el EP homenaje a George Harrison que publicó una vez bajo la firma de "Yim Yames". Mientras espero la llegada del cartero de Amazon con el disco, le di un chequeo a "A New Life", el primer corte de difusión que ya tiene un surreal video digno del Jodorowski cineasta. Ya desde Circuital y del proyecto paralelo Monsters of Folk -que armó al lado de Brendan Benson-, había notado que las magníficas cuerdas vocales del buen Jim se oían gastadas, temblorosas, como se puede advertir también desde los primeras notas de esta canción. Aún así, su interpretación es sublime y la melodía bastante bonita y espiritual, que crece y suma instrumentos a cada sección, como un canon clásico. Además, la letra es terapéutica. Me viene muy bien estos días. Promete.
Para conmemorar la histórica grabación del primer disco de los Beatles, Please Please Me, ocurrida un día como ayer hace 50 años, la estación pública de radio BBC tuvo la idea de llevar a un grupo de músicos reconocidos de distintas generaciones a los estudios de Abbey Road, para que reconstruyan una canción del álbum en su particular estilo. Todo en una maratónica sesión de 12 horas que fue, mas o menos, lo que les tomó a los chicos de Liverpool registrar su debut, con ayuda del productor George Martin. De lo ocurrido en la sesión aún se sabe poco, pues esta se va a transmitir recién el viernes 15 de febrero, a las 9:00 pm en la estación BBC4. Pero a través de su cuenta de YouTube, la radio ya ha soltado algunos chispazos de lo que fue esa jornada, como este breve clip de los galeses Stereophonics ejecutando una versión rockeraza de "I Saw Her Standing There", canción que abría el disco de 1963.
También podemos ver a la cantante británica de soul Joss Stone, tratando de acomodar un tema como "A Taste of Honey" a su registro, con ayuda de una sección de cuerdas:
Figura también la voz de The Lightning Seeds, Ian Broudie, midiéndose con "Do You Want To Know a Secret":
Y Paul Carrack con "Misery":
Y aunque no hay video aún, ya se cuenta con la pista de audio completa de "Baby It´s You", realizada por el (ex) guitarrista de Blur, Graham Coxon, junto a un grupo vocal femenino. Inspirada a partes iguales en el clásico de los Beatles y en el original a cargo de las Shirelles. Hasta el momento, mi favorita.
ACTUALIZACIÓN, 1 de marzo del 2013:
El documental de la grabación ya se puede ver completo en YouTube. Dura 57:30 min.
Hoy The Flaming Lips subió de un porrazo a su canal de YouTube 24 videoclips que, si la memoria no me falla, deberían corresponder a su "videografía" completa. Algunos de los clips en cuestión se podían ver hasta hace poco en el canal de Warner Music, pero no todos, y eso es lo bonito del asunto. La jugada parece ser un preparativo más para el lanzamiento este 5 de abril de The Terror, disco número 15 en una carrera larga como la suya, que este año cumple las tres décadas. De lo poco que se sabe hasta ahora del nuevo álbum, parece que será otro intento marciano de Wayne Coyne y su troupé por zafarse de los límites del formato canción, como ya lo intentaron, con desigual resultado, en su último Embryonic (2009), un disco de jams, en esencia. Como contó Steven Drozd a Pitchfork, sobre su futura criatura:
"There’s not a lot of songs that have chord progressions. A lot of them are just droney moods that are sustained for two or three minutes. It’s a different kind of trip for us".
Cómo sea, mientras se espera el día indicado, la banda de Oklahoma sigue metida en mil y un proyectos. Primero estuvo su participación en el extravagante spot de Hyundai, difundido el fin de semana durante el Super Bowl. Luego, el anuncio de la serie de corazones de chocolate con USB dentro que venderán por el Día de San Valentín -en la memoria portátil se incluirá 15 "canciones de amor" del grupo, entre las que se cuenta un bonito cover de "All You Need Is Love", de los Beatles. Y el otro proyecto es el de su posible disco de covers de los británicos Stone Roses, hipótesis no muy descabellada si se toma en cuenta que en el 2010 sacaron un disco tributo al Dark Side of the Moon, de Pink Floyd. Para calmar las ansias me quedo chequeando este video, que no había tenido oportunidad de ver hasta ahora. Ignoro si es la primera vez que lo suben. Es el cover del archi conocido éxito de Queen, "Bohemian Rhapsody" que, según leo, apareció por primera vez como bonus track en algunas ediciones de su disco At War With The Mystics (2005) y en el álbum tributo a la Reina, Killer Queen, del mismo año. Fieles a su estilo, el clip es un monumento al sinsentido, con la gracia de que esta vez enseñan un poco de piel femenina. Míralo a continuación.
Video bonus: no deja de ser divertido recordar la primera presentación en TV de la banda, en los tempranos noventa, en el programa Beverly Hills 90210. Interpretaron "She Don´t Use Jelly". Momentos bizarros de la TV americana.
Beach House, en asociación con Pitchfork, acaba de estrenar el mediometraje Forever Still, inspirado, según confesión propia del grupo, en el clásicoLive At Pompeii, de Pink Floyd. El parecido, valgan verdades, es solo por el intento de establecer una comunión entre la música y un paisaje enigmático, casi sobrenatural. Si en la película concierto de los británicos, de 1972, veíamos a Waters y Gilmour desplegando un ultra psicodélico jam en medio de las ruinas de la vieja Pompeya, acá vemos a Victoria Legrand y Alex Scally (junto al batería Dan Franz) interpretando cuatro canciones de su aclamado Bloom(2012), nada menos que en medio del desierto de El Paso, muy cercano su estudio de grabación en Tornillo, Texas. La locación es imponente, bastante espiritual y llena de contrastes. Y ahí están los tres, iluminados con el sol de las últimas horas de la tarde, luego padeciendo el frío de una noche congelada -alumbrados solo por las luces de unos autos- hasta el melancólico amanecer que los sorprende en medio de la nada. Sobra decir que las imágenes fantasmagóricas caen como anillo al dedo del pop ensoñador que practican. Verdaderamente mágico. Las canciones a las que pasan lista son "Wild", "Hours", "Wishes" y "Irene".
Puedes ver el video abajo:
Todavía no me creo lo que ha pasado hoy. La tarde de sábado transcurría de lo más tranquila, como cualquier otra de este caluroso verano limeño, cuando llegó el anuncio desde la página oficial del grupo en FB. Un nuevo disco de My Bloody Valentine vería la luz está noche. El "¡qué carajos!" fue mayúsculo en casa. El tan esperado sucesor de Loveless (1991) aquel álbum que insufló vida a un género (el shoegazing), y que a veces es citado como el mejor disco de rock de los noventas, saldría por fin a la luz tras una espera que duró nada menos que 22 años. ¡Y uno que tenía que irse justo en ese momento a comprar el pan! Cinco horas después, masticando con angustia un pan reseco y tras sortear el impertinente colapso de su web, la promesa estaba finalmente cumplida: m b v (2013), el tercer álbum de los irlandeses, estaba ya descargado en la PC y esperando a que le den el play. Un nuevo disco de My Bloody Valentine. Así de surreal fue.
Un par de horas después no salgo del asombro. Tres escuchas sucesivas no me quitan de la cabeza la impresión de que estamos ante una obra enorme, que seguiremos aquilatando en los próximos días. Decir que me ha gustado es poco. Me ha maravillado y me ha reconciliado con una concepción que aprecio de la música y de los buenos discos: su infinita capacidad de sorpresa. El disco arranca tranquilo, en su estado más apacible con "She Found Now", un Kevin Shields en su plan más introspectivo, haciendo rugir su guitarra como un geiser de éter, deformando los acordes con la palanca de tremolo, con ese estilo que solo le pertenece a él. La canción remite a los trabajos solistas que firmó para Sofía Coppola en la película Lost In Translation. Pero es solo el prólogo de algo mucho más grande por venir. "Only Tomorrow", el segundo track, se encarga de restablecer las cosas y devolverlas al fiero terreno estrictamente shoegaze, incluyendo la perezosa voz de Bilinda Butcher y el toque de batería con diazepán de Colm Ó Ciósóig. Puro dream pop. Parece un outtake de Loveless y, para quienes amamos ese disco, eso no puede ser nunca un demérito. De hecho, las expectativas entre recibir más de lo mismo y recibir algo dramáticamente distinto habían dividido a sus fans desde que se anunció que la banda sacaría un nuevo álbum, a fines del año pasado. Pero el balance les ha quedado perfecto. Hay acá territorio ya caminado ("Who sees you"), rutas parcialmente andadas (la hermosa "If I Am" recuerda a unos Cocteau Twins con distorsión mientras que la cósmica "If This And Yes" y su obsesiva capa de teclados pudo estar firmada por Stereolab). "New You" es otra sorpresa, el tema que estrenaron en público hace unos días con el nombre tentativo de "Rough Song". Es la canción más pop que se le haya escuchado a la banda y hasta podría funcionar como single si Shields & Cia pensaran en esos términos. Pero es en el tramo final donde la obra cobra su mayor sentido y este álbum se despega de la pesada sombra de sus creadores. Dos canciones, cada una más descomputante que la otra, que van por terrenos nuevos, como para cerrar la boca a los que se apuraron en decir el acostumbrado "más de lo mismo". "Nothing Is", por ejemplo,es la confirmación de que Kevin Shields no bromeaba cuando decía, hace cuchucientos años, que el nuevo disco de MBV tendría influencia de la entonces en boga música jungle. Pero la cosa es todavía más áspera con los abrumadores 5:51 minutos que dura "Wonder 2" o la cordial invitación a escuchar cómo sonaría tu cabeza si estuviera atrapada en la turbina de un avión. La guitarra huracanada, el cut & paste de las voces susurradas, el beat drum&bass, eso que parece el sonido de un saxo desde una trituradora. No sé si fue la intención de My Bloody Valentine el cerrar su faena con un track tan decididamente rompe cerebros como, imagino, en su tiempo pudo haber sido escuchar "Tomorrow Never knows" al final de Revolver, pero lo cierto es que el álbum no podría terminar mejor. Una gigantesca interrogante, una sensación de qué cosa ha pasado acá. Odiaría si MBV hubiesen firmado, después de tanto tiempo, un disco tibio e inofensivo, como tantos retornos reblandecidos de veteranos cuarentones que aparecen de vez en cuando. No ha sido ese el caso y esta noche no podría estar más contento por ello. (Oscar García) Portada de m b v.
